Fosa común de Oviedo
En la fosa común de Oviedo hay unos 1400 muertos. Los enterrados en la fosa común de Oviedo provenían de los que eran fusilados en las tapias del cementerio, mirando hacia el monte Aramo. Los familiares iban a visitarla. Pero la Guardia Civil les prohibía la entrada a la fosa y se les prohibía llorar en el lugar. Y las flores que eran dejadas en las fosas eran pisoteadas por quienes vigilaban la fosa. Además, la Fosa Común de Oviedo, hasta 1970, estuvo separada por un muro del Cementerio Católico.[1]
En la fosa común de Oviedo, en el año 1967, cuatro familiares de los allí enterrados promovieron la construcción de un cercado de piedra, con objetivo de defender el lugar y perpetuar la memoria de los allí enterrados. Dos vecinos de Llanera, José Peláez Prado y Juan González Rodríguez , un vecino de Lugones, Joaquín Álvarez Gonzalez y otro de Pola de Lena, Felicísimo Gómez Villota, fueron los encargados de hacerlo.Estos hombres acudieron primero al Ayuntamiento de Oviedo, cuya Corporación se negó a hacer la obra, ya que se trataba de “fusilados rojos” durante la guerra civil. Entonces esta comisión pensó en una suscripción popular. Y para ello se puso una nota en la prensa de la provincia, comunicando al pueblo asturiano la apertura de una cuenta corriente en la Caja de Ahorros de Asturias, con objeto de recaudar fondos para las obras de acondicionamiento de la Fosa Común. Sólo los diarios, “Región” y “La Voz de Asturias” quisieron poner la nota. Y el Gobierno Civil pronto cerró la cuenta bancaria.[2]
En la fosa común de Oviedo, cada 14 de abril y cada 1 de noviembre, se hacen ofrendas florales y se ondean banderas republicanas. En 1.978 se creó una Asociación de Viudas de la República y la Guerra Civil, que editó en 1.984 un libro sobre la fosa común de Oviedo.[3] En 1.986, mientras en el resto del Estado se intentaban que no hubiera ningún acto de dignificación de las víctimas del franquismo en pro de la reconciliación entre los españoles, en Oviedo, sin embargo, se inauguro un monumento dedicado a los defensores de la República y del Frente Popular en Asturias. Esta inauguración produjo tensión, ya que un franquista, antes del día de la inauguración, embadurnó de verde la inscripción que los familiares de los fallecidos habían puesto al pie de la fosa.
En 2.001 gracias al trabajo Junta Directiva de la Asociación de Familiares y Amigos de la Fosa Común, se instalaron enormes placas de mármol en los muros que rodean la fosa. Placas que contienen los nombres, edades y procedencia de todos los allí sepultados, que se tenga conocimiento oficial.